Escrito por Antonio Luis
Desde
el mes pasado en una conversación con unos amigos con motivo de una
reunión entre jóvenes empresarios, se planteó una pregunta que me ha
estado rondando en la cabeza y que ha hecho que para este mes cambie mi
habitual columna de difusión por esta otra de reflexión.
¿Se
tiene o no, el olfato para los negocios…? Bajo esta pregunta se esconde
algo más que una simple cuestión de “olor” por el dinero.
Hablamos de intuición para los
negocios, hablamos de visión comercial de futuro, hablamos de sentido
común, que suele ser el menos común de todos los sentidos.
Se
trata de ver donde los demás no ven, anticiparse a las jugadas, darse
cuenta de las necesidades que tiene la sociedad y ser el primero en
poder realizarla y prestar el servicio, en definitiva tener los ojos
bien abiertos.
Se trata de descubrir las necesidades, detectar
los problemas, en los diferentes nichos del mercado y dar las soluciones
oportunas y prestar el adecuado servicio, que cubra esa necesidad y
solucione ese problema.
La información es una de las piezas
claves, disponer de puntual, fiel y fresca información sobre las
necesidades del mercado, es el primer valor para poder tener olfato para
los negocios.
La imaginación suele ser otro factor
importantísimo, de nada sirve tener dinero si no somos creativos para
darle movimiento y nos limitamos a repetir comportamientos de modelos de
éxito. Claros ejemplos hay en la reciente historia de nuestro país, la
aparición de los Video clubes supuso un boom, mas adelante las tiendas
informáticas, las inmobiliarias, los Cyber locutorios, y en la
actualidad las empresas de crédito inmediato y refinanciación,
proliferan por todas las esquinas de nuestras ciudades, son negocios de
oportunidades. Y ya muy pronto con el cambio de ciclo económico y la
crisis inmobiliaria veremos a empresas especializadas en subastas.
Donde
empieza el olfato del emprendedor al poner la idea en funcionamiento y
donde comienza la visión del oportunista? No es necesario responder la
pregunta anterior, es el paso del tiempo el que termina poniendo a cada
uno en su lugar y los que no obtienen su objetivo de rentabilidad y
beneficio rápido, terminan por salir voluntariamente del mercado por
propia iniciativa, y los demás los termina sacando el mercado. De los
restantes que son los exitosos, es muy difícil por no decir imposible
saber cual estaba en el punto de partida en la categoría de visión o la
de olfato.
(*) Director Gerente de MultiServicio Empresarial S. L
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